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Parar un poco y descansar, más que nunca, necesario y saludable

    Parar un poco y descansar es necesario. La gran mayoría de nosotr@s, deseamos una vida plena y satisfactoria, donde la salud, en todas sus áreas sea primordial, pero más que nunca, envuelt@s en el quehacer de cada día, con sus tareas y ritmos frenéticos, nos lleva a la normalización del “no parar”.

    El descanso, se convierte en consulta, en una palabra que muchas veces es dicha desde la necesidad pero no se contempla más que para la nocturnidad.

    No siempre nuestro descanso debe estar vinculado al sueño.

    Es sabido y la ciencia así lo corrobora, que durante el día, necesitamos oasis de parar, pero no parar para ir a la tableta, a coger el móvil, a volver al modo “hacer”, hablamos de un parar para darle rienda suelta a nuestros sentidos.

    En consulta escuchamos muchas veces eso de me es imposible parar”.

    Porque probablemente parar, sea sinónimo de no ser productiv@.

    O quizás, en algunos otros casos, el significado que se le dé se apoye en, “no me lo permito porque si no sería como…:” “floj@”, “débil”, “ocios@”, “vag@”,… pero no porque sean las otras personas quienes nos lo indiquen en la mayoría de las veces, sino porque el propio juicio interno avasalla con este tipo de frases.

    La fatiga se está normalizando

    Escuchamos muy a menudo expresiones de fatiga que por otro lado, normalizado, está siendo la peor de las epidemias.

    El estrés, mal estrés o en su formato excesivamente exigente, hace de las suyas y nuestro sentir es el agotamiento máximo.

    A esto se le une todas las expresiones de l@s demás que también nos son cargantes, así andamos vagando arrastrando los pies y sin permitirnos el deseado descanso diurno. Pero ¿cómo hacerlo?

    ¿Cómo implementar en nuestro día pequeños momentos de parar un poco y descansar, que sin dormir, sean espacios de sosiego y serenidad?

    Una manera de detenernos, como ya comentaba anteriormente, sería permitiéndonos que nuestros sentidos nos faciliten este descanso. Si mi vista por 15 minutos cada cierto tiempo durante el día, mira y observa la lejanía, contempla el horizonte, los beneficios serán rápidamente percibidos.

    Si por un momento, en nuestro día, paro, cierro mis ojos y pongo el oido a todo eso que está por escuchar a nuestro alrededor, mi mente me ayudará a centrarme en el ahora, en ese presente que es lo único que existe.

    Por tanto, la prisa no tiene cabida, el modo “hacer” disminuye y vamos entrenando de a poquito este saber estar en el descanso a diario, contribuyendo así a nuestro bienestar.

    Necesitamos más que nunca parar un poco y descansar

    Es imprescindible el dormir, pero la ciencia ya nos dice que no es la única manera en la que nuestro cuerpo se regenera o resetea del ajetreo.

    El descanso mientras estamos despiertos adquiere mucha importancia.

    Nuestra salud y bienestar general está pendiente de ir un poco más lento, de hacer nuestras escapadas pequeñas para descansar, de permitirnos hacer “nada” y con nada, es nada a ratitos durante nuestro día.

    Te invitamos a parar, ten en cuenta que tu bienestar, necesita de este descanso a ratitos diurnos.

     

    María Goretti González
    Psicóloga General Sanitaria  T-03125

     

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