Mi hijo cumple 18 años. Es el momento en el que tanto l@s hij@s como nosotr@s, madres y padres, hemos de asumir una nueva realidad.
Las primeras cuestiones, desde nuestra mirada adulta, serán:
Mi hijo cumple 18 años, ¿ahora es un/a adolescente mayor o un adult@ joven?
¿Cómo trato a la persona que hasta ahora he criado ayudándole en su desarrollo?
¿He de seguir controlando, aportando seguridad, indicándole caminos para que no se equivoque y tenga éxito o… mejor no hacerlo?
Volverse joven adult@ es emocionante, llega la hora de aumentar la independencia y que se den cambios.
Muchas veces, nosotr@s l@s adultos, hemos actuado desde nuestro propio egoísmo de protección hacia nuestr@s hij@s y en muchos casos pretendemos seguir haciéndolo, incluso pasado este momento de los 18 años.
No queremos sufrir como madres y padres por ell@s. No obstante, son ell@s , l@s que entenderán en breve que las consecuencias de sus acciones y de sus palabras tienen un efecto para la adultez diferente a lo vivido hasta este momento, y así hay que permitírselo. Se hacen mayores en todos los ámbitos.
Lo importante es nuestro acompañamiento consciente de lo particular de la situación
Y permitirnos seguir dando algunas pautas, con ciertas limitaciones inicialmente, a sabiendas que nuestro proceder será transitorio, que les dará lugar a un aprendizaje de destrezas a la vida adulta.
Necesitan nuestro apoyo, y paso a paso, (no queda otra), se les dará la gestión de sus actos y responsabilidades sin que estemos en medio. Hay que cederles ese beneficio para que sigan aprendiendo y madurando en la vida, a pesar de los errores.
Mi hijo cumple 18 años. Aceptemos la subjetiva manera diferente de percibir la realidad de ell@s.
Nuestr@ hij@ ahora@ tendrá:
– Ilusión por vivir su mayoría de edad desde la “independencia emocional”, por tanto, dejémosles a su ritmo y sus tiempos.
– Incertidumbre de lo que esté por llegar, quizás le genere malestar, pues no es fácil asumirlo, entonces, hablemos de cómo resolvimos nosotros, con serenidad y complicidad.
– Miedo por vivir todo aquello a lo que estará expuest@ sin experiencia alguna, dado que lo sabe por conocimiento e información de las vivencias de otras personas, y sus sensaciones serán, muchas veces, primerizas, así que acompañemos a sus sentimientos, sean cuales sean.
– Dudas de si en su camino personal y profesional futuro, contará con compañía que le entienda y ayude, digamos que no se anticipe y viva el presente más que nunca.
– Sus tareas propias de la edad, preparará comidas, hará su colada, atenderá compras, y organizará su dinero, el que tenga por merecido, y no por el simple hecho de que nosotr@s le cubramos gastos, así aprenderá a valorar su economía si no estamos para solventar lo innecesario.
Al fin y al cabo, tengan 18, más o menos, seguiremos siendo las madres y padres, confidentes, con amor y cercanía, que no amiguetes, que les querrán en relaciones sanas de convivencia familiar y de las cuales nos sintamos orgullos@s del trabajo previo en su crianza.
¡Feliz cumpleaños, hij@!
María Goretti González
Psicóloga General Sanitaria T-03125