Esta es nuestra responsabilidad, intentar que a las personas con autismo, se les entienda, a ellas y a sus familias, y se les ayude a relacionarse con el mundo desde su realidad. Pongamos luz en nuestros edificios, y también en nuestra mirada. Que sea una mirada de comprensión, de respeto y de confianza a todas estas personas que tanto lo merecen.
Estas personas se enfrentan a numerosas barreras a la hora de disfrutar de sus derechos fundamentales y de formar parte plenamente de la comunidad; existen muchas barreras cognitivas y también sociales que varían en función de cada individuo y de sus necesidades específicas. Algunas que describen ellos mismos como barreras son:
- No tener señales en los museos que ayuden a orientarse
- Que las personas se les dirijan utilizando la ironía y diciendo lo contrario de lo que realmente quieren decir
- Que los lugares sanitarios y los profesionales que trabajan allí no entiendan que las luces de neón molestan muchísimo
- No disponer de aulas especializadas preparadas para TEA en los colegios de la región
- Que solo los otros se fijen en aquellas cosas que les son difíciles y no se vean las capacidades que se tienen
- Que no se les tenga en cuenta en la toma de decisiones respecto a los aspectos personales
La campaña que se pone en marcha tiene como objetivo avanzar en la inclusión social y por tanto, nuestra sociedad ha de entender cuáles son las barreras a las que se enfrentan las personas con trastorno del espectro autista (TEA). Debemos responsabilizarnos por romper las barreras, los muros por el autismo y hacer desde nuestro contexto, laboral, educativo, familiar, de ocio, una comunidad más inclusiva y accesible.
El gabinete Dánae pone en marcha acciones para la sensibilización de esta condición y así pueda incidir especialmente en la sociedad en su conjunto. Cada uno de nosotros, pongamos luz azul para incluir y respetar al diferente, consiguiendo con ello mejorar la calidad de vida de estas personas y sus familias.