La realidad es que son ellos los grandes meditadores de esta historia, metidos en su presente, única y exclusivamente procesando lo que están viviendo aquí y ahora. Sin preocupaciones por el futuro o quejas del pasado.
Los niños son auténticos maestros en el vivir presentes, la forma que tienen de moverse en el medio, de interactuar con él, es presencia pura, lo hacen de forma totalmente atenta, juegan, corren, ríen y viven cada experiencia como si fuera la primera vez y la última. Fluyen completamente libres por el presente, sin visitar las tensiones del futuro ni las decepciones del pasado. Muestran asombro e ilusión por cada cosa que hacen, son los eternos y perfectos principiantes.
Lo que ocurre con esta práctica es que el transcurrir del tiempo los lleva a perder esta valiosa virtud de vivir plenamente el instante. Algunas veces, no encuentran la manera de gestionar adecuadamente sus emociones, y pueden verse desbordados frente a la ira, la tristeza, la ansiedad o el miedo. Además, en los tiempos que corren, cada vez se sumergen más en las tecnologías no siempre bien administradas.
Es en este momento, en el que cobra especial importancia la incorporación de éstas técnicas de Atención Plena, que permitan a nuestros niños reconectar consigo mismos, vivir plenamente sus emociones, atender a sus sensaciones corporales, sus pensamientos, es decir devolver esta conexión innata que tienen nuestros niños con la experiencia del presente.
¿Cuáles son los beneficios de esta práctica para los niños?
Cada vez son más los estudios que se centran en los efectos de la Atención Plena sobre nuestros niños. Son varios los beneficios que pueden mencionarse sobre esta práctica.
Mejoras en el rendimiento académico, mayor atención y mejoras en el aprendizaje, además de potenciar la creatividad. Por mencionar algunos de los beneficios de la práctica de Mindfulness en niños podemos comentar:
- Importantes mejoras en la regulación emocional: mayor equilibrio y tranquilidad frente a emociones negativas como la ira, la angustia, el miedo, la tristeza, etc.
- Aumenta el nivel de concentración, ya que son capaces de centrar la atención y, por tanto, eliminar las distracciones.
- Desarrollo de sentimientos de empatía y alegría frente al bienestar del otro.
- Desarrollan la compasión hacia sí mismos y hacia los demás.
Este espacio de práctica del presente, que se consigue a través de los ejercicios de Mindfulness o Atención Plena, invita a nuestros niños a re-conectar con sus sensaciones internas y todas aquellas que provienen del exterior, de una forma plena, sana y atenta. Permite potenciar y reeducar un hábito innato en ellos como lo es vivir nuestro presente de la forma más atenta y plena posible.