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Parentalidad y crianza

    Tras la confirmación  del embarazo y durante la gestación aparecen  numerosos miedos e incertidumbres sobre el momento del parto, cuidados y posterior crianza. Si algo parece medianamente claro es que el o la bebé debe recibir todos los cuidados físicos necesarios para lograr la supervivencia, pero no existe tal claridad en cuanto a la importancia de los cuidados emocionales en la crianza.  

    Conforme pasa el tiempo la mamá y el papá se adentran en la aventura de  desarrollarse como figuras de crianza.  Es probable que,  en muchas ocasiones, resulte complicado compatibilizar este rol con  el resto de los existentes en la vida adulta o que existan interferencias de las propias experiencias. El planteamiento de la parentalidad a desarrollar y del estado propio en el proceso de crianza es de gran importancia.  

    De esta manera, no basta con cualquier tipo de presencia, no basta solo con la asignación del registro civil o estar “algo” involucrados en la vida de los/as menores, ya que, con gran probabilidad,  este tipo de parentalidades no favorecerán el desarrollo de un adulto/a sano/a, con seguridad, autoestima y con conciencia sobre su propio estado y el de las/os otras/os. Si el objetivo es lo mencionado, el ejercicio de una parentalidad positiva es la mejor opción porque favorece el desarrollo integral del las niñas y los niños.  En general, si  se tratara de una receta tendría como ingredientes principales: atención, cariño y respeto

     Para favorecer  un desarrollo saludable de los niños y las niñas algunos aspectos importantes son: 

    1. Atender las necesidades físicas, emocionales y afectivas.

    2. Crecer en un entorno libre de violencia, donde se promueve el diálogo y el afecto como escenario habitual.

    3. Proporcionar apoyo, acompañamiento y reconocimiento constante.

    4. Generar límites y normas claras, coherentes y estables, que generen seguridad y soporte. 

    5. Promover el desarrollo individual y aceptar el ritmo de crecimiento propio

    6. RESPETO, TOLERANCIA Y VÍNCULO AFECTIVO.

    Las necesidades de los niños y las niñas irán variando en función de la etapa evolutiva y  el proceso de crianza pasará por distintos estadios, por lo que contar con información y apoyos será fundamental en esta gran aventura. Si el punto de partida es la reflexión y  el trabajo en pro de una parentalidad positiva  el crecimiento y acompañamiento saludable de tu hijo o hija estará como plataforma.  Favorecer el autocuidado y la propia  autorregulación también generará enormes beneficios, puesto que  “Si tú estás bien tu hija o hijo también lo estará”. 

     

    Yurena Hernández (Colaborador Externo)

    Psicóloga General Sanitaria

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